sábado, 13 de junio de 2009
Un mini caso ficcionado.
Restaurancito de comida italiana mínimo palermogólico (pero que pastas ricas que hacen) .
Pareja sentada a la luz de una vela, la música está bajita. Escucho.
Ella: - El último de Paul Auster, es distinto a todo lo anterior, nada que ver con historias de Nueva York... Igual siempre son esos personajes melancólicos...
Él: Yo empecé uno y me aburrió a morir al toque, lo dejé... ¿cómo era...? Levitan creo.
Ella: Leviatán.
Él: si, si.
En la mesa hay un syrah que me gusta mucho. Toma ella sola, va por la mitad de la botella y todavía no le trajeron la comida. Él toma sprite.
Ella está sentada justo al lado mío, compartimos uno de esos sillones largos típicos de estos restós. Preferiría tenerla de frente para verle los ojos.
Yo no se mucho de ropa de mujer, pero se nota que la pollera gris estampada y la camisa blanca son muy buenas, de esas telas que dan ganas de acariciar. Su cartera esta apollada al lado mío, es pequeña (no es un sobre) de cuero negro, marca Prune. De él veo una remera con la cara del Che estampada.
A ella le traen unos raviolones de hongos con una crema de azafrán y a él unas cintas all´ pomodoro uso nostro.
Él le pone mucho queso rallado a la pasta. Ella, muele pimienta con ganas.
Él sonrie con cara burlona. Si hace un chiste relativo a la forma fálica del molinillo, me voy a tener que levantar y pegarle una trompada sin avisarle.
Me pedí el mismo syrah y los mismos ravioles que ella.
Ruego que se levante para ir al baño y verla de cuerpo entero, ver su andar. Se levanta. ¡Ouch!
Siempre disfruto de escuchar conversaciones ajenas, pero a esta altura ella me gusta tanto que me pone nervioso la situación.
Tengo que reconocer que el flaco tiene su pinta, pero no se mueve bien, las manos, el gesto al hablar. Es una belleza estática. Hay mucha gente así, van bien para modelos. si siguen juntos mucho tiempo y ella lo viste, van a dar bien en las fotos.
Me levanto yo al baño, sólo para mirarla a los ojos mientras vuelvo a la mesa. Me siento y estiro la mano. Toco su cartera.
- ¡Uy, disculpá! Te juro que no te iba a robar nada. Se rie
El nabo este todavía no le sacó ni una sonrisa y yo ya la hago reir, ¡tomá gil!
Ella está caliente y le parece lindo y se va a sacar las ganas nomás... puede ser.
¿Puede ser que una mujer así no consiga algo mejor?
Es una ejecutiva solitaria que se llevó un taxi boy... nop, ni a palos.
El pibe está podrido en guita y... Ojalá que no. Se me cae muy abajo así.
Juro que si me la cruzo algún día en otro lugar, la paro y le pregunto.
¡Él la interrumpió para atender el celular! ¡¡¡Y el ringtone era música electrónica!!!
Por ahi es todo mi imaginación, por un libro, unos ojitos brillosos y un vino, me armé una diosa griega en la cabeza.... pero que linda que es
¿Qué hace con alguien que come pastas con sprite?
Casi que me están dando ganas de seguirlos...
- Te veo distraido, ¿te pasa algo? - me dice mi pareja-
- No, nada... Qué rico el vino ¿no?
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6 comentarios:
Cotidiano. El que diga que no le pasó, miente descaradamente. Está en los genes de la fantasía masculina de todas las edades y generaciones.
Pensaba en las fantasías y en los prejuicios, es muy interesante eso de hacerse la idea del otro de lejos.
Yo me la paso imaginando las historias de la gente aledaña en bares o restaurantes. Lo que es muy interesante es cuando estás en otro país y adjetivás a la gente desde tu propia cultura y te llevás cada sorpresa !!. Ahí ves clarito clarito cómo funcionan nuestros propios prejuicios. Me gustó el cuentito
Ah Sero, espero hayan salido ricas "las pechuguitas " de anoche...jajaja
Un clásico de la fantasmagoria masculina, es más, el otro flaco miraba a mi mujer...
El pollo salió rico...rico.
Es un ejercicio estimulante imaginarse la vida de los demás. Podría salir una novela o algo así.
me gustó la historia, muy bien contada. (qué sería de nosotros sin la imaginación?)
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