sábado, 27 de junio de 2009

Comparto un cuento que me regalaron

Cuentan que, en China, un hombre ya anciano decidió regresar al lugar donde había nacido y del que salió siendo muy joven. En el camino se unió a un grupo de viajeros que seguían la misma ruta y les explicó su deseo de volver a la tierra que lo vio nacer.

Después de varias monótonas jornadas, aquellos hombres decidieron divertirse a costa del viejo.

-Mira, anciano, estamos llegando a la tierra de tus antepasados, esas montañas que vemos las contemplaron tus ojos cuando eras niño.

El viejo, a pesar de no recordar nada, se sintió dichoso de ver aquellas cumbres.

Horas después llegaron a unas casas en ruinas.

-Mira, anciano, seguro que entre estas piedras jugaste en tu infancia.

El viejo, al ver aquel pueblo abandonado, no pudo dejar de emocionarse. Al rato, llegaron a un olvidado cementerio.

-Mira esas tumbas -le dijeron, continuando la broma-. Aquí con seguridad están enterrados tus padres, y los padres de tus padres.

Al oír estas palabras, el anciano no pudo contener la emoción, y estalló en lágrimas.
Arrodillado frente a aquellas tumbas, a aquel viejo le venían a la memoria mil y un recuerdos de su niñez, le inundaron el corazón viejas y añoradas sensaciones, la nostalgia invadía su alma con un caudal de emociones.

Pero viendo aquella escena, los viajeros se compadecieron del anciano y acordaron contarle la verdad.

-Sentimos decirte esto, pero la verdad es que queda aún mucho camino hasta que lleguemos a la patria de tus antepasados. Decidimos gastarte esta broma sólo por entretenernos. Te rogamos aceptes nuestras disculpas.

El anciano se levantó en silencio, recogió sus cosas y reemprendió el camino. Llegada la noche, y ante el mutismo del viejo, sus compañeros de viaje volvieron a expresarle su pesar por la broma.

-Apreciado amigo, tu silencio nos produce hondo pesar, volvemos a pedirte perdón por nuestra conducta.

-Mi silencio nada tiene que ver con vuestra conducta que ya he olvidado, -contestó el anciano-, se debe a que no he encontrado respuesta a una pregunta que me atormenta: ¿Cómo es posible que haya emociones verdaderas cuando éstas provienen de hechos falsos?

6 comentarios:

Unknown dijo...

Es asi, sentimos como pensamos. El pensamiento tiene mucho mas vuelo, es mucho mas independiente que la emocion, es mucho mas inteligente, ba.

Y este viejo es un nabo, chochea. Los viejos vivos no vuelven con añoranzas al lugar donde nacieron.
Aunque cuando la vejez se instala, hasta los mas inteligentes chochean. Ahi esta Ray Bradbury denostando la internet.Por eso Bioy Casares la diaba, igual que todos los inteligentes que le dan pelea a la estupidez. Porque la vejez chota siempre esta al acecho,sobrevolando, esperando que uno baje la guardia.

Ale dijo...

No hay una realidad única. La realidad la construimos todo el tiempo.
Muy bueno el cuento, se pueden pensar muchas a través de ese relato y cada quien hará un análisis o le pegará desde la propia realidad. Gracias Erika!

Gataflora dijo...

Ni los hechos falsos, ni los reales, son los que provocan nuestras emociones, claro está, sino la representación que hacemos de ellos. Justamente en estos días tuve un encuentro con mis hermanos, el mayor me lleva un año, a la menor le llevo cinco, discutimos sobre temas que aborrezco (bienes), y siempre tengo en claro no meter los hechos del pasado en la discusión, aunque para mi hermano es inevitable necesita traerlos al presente. Lo curioso es que ante un mismo hecho, los tres recordamos cosas completamente distintas.

Erika (Del Sur) dijo...

¡Cuántas interpretaciones! Todo depende de las historias de vida de cada uno.

Se me vino a la mente cuando lo volví a leer, es compararlo con las relaciones de parejas.
Cuando uno de los dos compra buzón, donde no venden.

liss_azul dijo...

"Pensamos demasiado y sentimos demasiado poco" del discurso final de "El gran dictador", Charles Chaplin, año 1940.
Cualquier parecido con la actualidad es pura coincidencia...

Dav dijo...

Aquí Dav reportandose desde Aeroparque en una mañana de mierda.
Ale soy de Rosario y vini por trabajo.
Gata: a mi me pasa lo mismo que a vos. Soy el menor de 4 hermanos y a veces parecemos hijos de padres distintos. Yo lo atribuyo a que con los dos mayores nos llevamos muchos años (9 con mi hermana y 12 con el mayor). Es un hecho que las vivencias son distintas.
El cuent me pega con la pareja. Sobretodo es estos días que mi mujer se ha puesto insoportablemente celosa. Puede ser el embarazo, pero yo no le doy motivo alguno, pero es verdad, de hechos falsos pueden salir emociones verdaderas.