SI NO FUERA POR MI AMANTE ME SUICIDARIA

Ayer por primera vez en mi vida, pude justificar que un hombre casado tuviera una amante. No es que aplauda esta idea, sino que sentí real compasión por él, y si fuera mi hermano o mejor amigo hasta le hubiera sugerido que se consiga una.
Compartí desde el amuerzo y hasta el atardecer, con una familia de extraños individuos, todos nerviosos, histéricos, gritones, de malos modales, y que él único que mas o menos zafaba era el pobre marido.
Ella fue la de la idea de compartir una tarde todos, ambos hijos de la misma edad, y acepté porque no tenía un plan mejor. Ya el elmuerzo en el restaurant de comidas rápidas vislumbraba lo que sería el resto de la tarde. Ella, tenía la apariencia de no haberse acicalado en los últimos tres días, el pelo revuelto, jeans dos talles más grandes y sin dobladillo, remera negra, sin una pizca de maquillaje, sin depilarse (se entiende lo que está a la vista), y comiendo su big mac, con la boca abierta mientras me hablaba con lo ojos desorbitados. El hijo de cinco, comiendo de la misma manera, a los gritos, llenando de mayonesa y ketchup, toda la mesa. Le nena de año y medio, no pedía, gritaba, y como gustaba de caminar por el sector, la madre se quejaba de tener que seguirla, y lo mandaba al marido de mala manera a que la cuide. La pobre víctima (el marido, se entiende, porque yo era una víctima pasajera), acabó su almuerzo con rapidez, pero tuvo la delicadeza de contestarme una pregunta luego de tragar su bocado. De buena presencia, tranquilo, y dotado de una santa paciencia. Como la bruja no soportaba a su hija decidieron levantar campamento cuando apenas mi hijo comenzaba a comer sus papitas, y por supuesto dejando un chiquero sobre la mesa. Una vez en el auto, la mas chica rompió en llanto, a los alaridos, y ellos sin ánimo de calmarla, como si fuera lo usual. Mientras el otro chico, se tapaba los oídos, y gritaba al mismo tiempo para no escuchar a su hermana. Eso no hubiera sido lo peor, durante toda la tarde tuve que ser espectadora de los berrinches, y caprichos del nene, y de los gritos de la madre que no sabía contenerlo, mientras reprochaba al marido por no manejar la situación. El nene le gritaba, ella al nene, y el padre diciendo tranquilo "si queres silencio no grites vos más que él" y así infinitas veces.
Cuando ella lo dejaba atrás, él se atrevía a hablarme sobre el estilo de los edificios, (es arquitecto) ansiando una charla sin gritos, y donde pudiera meter bocado, porque la esposa es una lora incontrolable, que para afirmar algo simple como ser "está nublado" utliza mil palabras en dos minutos.
Ya cayendo la tarde, ella quería ir al super, y el pendejo también, pero no hacían a tiempo porque el Señor tenía que ir a jugar a la pelota y cenar con los amigos, pero antes quería pegarse un baño (sic). Así que el nene en el auto empezó a gritar que quería ir al super, y la madre bien manipuladora, diciéndole "no podemos porque tu padre tiene que llegar a tiempo y papa no puede, y bla bla " y así....
La deja en el super con el pendejo, y seguimos hasta mi casa, la nena se calmó como por arte de magia, se hizo una paz instantánea, mi nene se recostó, y él mirándome fijo me dijo, "menos mal que ahora me tomo un par de horas para mí"
Me pongo en el lugar de él, y juro que yo no lo soportaría.